El flamante mandatario brindo su primer discurso, que no escapo de su estilo de “No polemizar”, por momentos insustancial en lo político, evitando dar definiciones sobre como recibe el municipio, aduciendo que desconoce la actualidad del mismo, olvidándose con intencionalidad, que desde el inicio de la gestión saliente estuvo como concejal y que, desde hace meses, la gestión de Bria le consultaba sobre ciertas definiciones,

Demarchi dejo que el tiempo sea el que juzgue, el mismo tiempo que suaviza, calma las aguas, sana las heridas y también olvida. Es por eso que cada cosa tiene su tiempo y este era el tiempo de por lo menos saber que piensa, el ahora intendente, de cómo reciben el patrimonio, que es de todos los que pagan impuestos, aunque si hubo promesa de conocer el estado en los próximos días una vez asuman las nuevas autoridades, el tiempo lo dirá.

Lo que sí, el mandatario municipal se emocionó hasta las lágrimas al reconocer a todos aquellos que lo acompañaron y creyeron en él, sin embargo, hay decir que lo emotivo del discurso es algo personal, que muchos podrán entender, aceptar e incluso llorar, pero con lagrimas no se riegan las calles, no se tapan los baches y no se atienden las necesidades de una ciudad que hace tiempo, exige liderazgo con definición y pantalones para atender los problemas del día a día.

Con respecto al futuro no hubo muchas promesas, más allá de la que exige el momento, con algún guiño al futuro “Amigo” Gobernador, donde muchos ponen una cuota de esperanza de que llegue algo de la Provincia.  

Ha hablado Sebastián Demarchi como Intendente, y no se puede dejar de pensar que llega con una minoría del electorado, en un momento de cambios, donde la única promesa de arriba es “ No hay Plata”… ¿será que el tiempo también lo juzgara?...

Discurso Intendente Sebastian Demarchi